Viernes, en manos de Eric&Laurent

Estimados lectores,

El viernes fue un día de ésos a los que yo llamo "perfectos".

Había tomado la jornada de vacaciones con la intención de volver a disfrutar de un largo fin de semana y el mal tiempo, por fin, nos daba tregua.

Era el momento de dejarme mimar nuevamente y ponerme en manos de los mejores profesionales. Dicho sea de paso, considero que toda mujer debería poder fijar un hueco el apretado calendario para dejarse querer y mimar, aunque sea, una vez al mes; hacer una parada y dedicar un poquito de tiempo con la finalidad de encontrarse a sí misma.

Entonces, era MI día. Sin dudarlo, llamé a mi cuñada y le pregunté si quería apuntarse. Ella, ni corta ni perezosa, pronto pidió ausentarse en el trabajo y se sumó al plan. Así, lo había convertido también en lo que nosotras ya bautizamos como "día de chicas".

Y fue, como tantas otras veces, fascinante. No necesitábamos encontrarnos en un lugar diferente o gozando de un gran espectáculo. Bastaba el agradable tiempo en el centro de Luxemburgo, nuestro ya país, la buena compañía y ellos..., los profesionales que, a su manera, saben hacernos sentir mujer.

Me refiero a ERIC & LAURENT, en Luxemburgo. De esta experiencia ya he ido subiendo por Insta Stories alguna que otra foto y video, pero no podía dejar de subir las fotografías del look en el blog.

Así, aquel día, entre risas y mucha complicidad, pasamos la mañana en el Salón que, no hay que olvidar, se localiza en un lugar único del Gran Ducado, justo al lado del Palacio. Y comenzamos por el pelo para terminar también tratándonos las cejas, entre otras cosas.

- Raquel, visto cómo vas vestida hoy, ¿me permites experimentar un poquito?

- ¡Adelante!, respondí sin atisbo de duda. Sabía que estaba en manos del "mejor".

Y, en un abrir y cerrar de ojos, una trenza recorría la parte superior de mi cabeza cual turbante. El resto de la cabellera caía sobre mis hombros modo casi angelical.

Salimos del Salón dispuestas a comernos el mundo. Bueno, para empezar, dispuestas a almorzar y reponer energías pues una todavía larga jornada nos esperaba. ¡Era maravilloso!

Habíamos sido invitadas a visitar la tienda de Nando Muzi y eso ya nos emocionaba sin control. Pero eso ya os lo contaré en un próximo POST.

Un abrazo en la distancia...