La primera vez que lo vi me enamoré de él, de su vivacidad y manera de acariciarme la piel. Me hacía sentir diferente y pronto reparé que se presentaba ante mí algo completamente incierto. Sabía que no sería tarea fácil, pues comportaría ya no sólo cambiar mi manera de entender la moda, la vida misma, sino, además, mis hábitos, costumbres.
Más allá..., de dar el paso, terminaría por recorrer parajes para mí un tanto desconocidos, quizá en un alarde de demostrarme a mí misma que todo no quedaba ahí, que el todo consistía precisamente en, a diferencia de tantas veces, atreverse. Simplemente vivir.
Pero me decidí. ¡Lo hice mío! O él a mí. Estaba absolutamente en otra órbita. Me decidí: adquirí el mono fantástico de H&M de la Colección Conscious. Y no me importó mi complexión física o cómo los demás me verían.
Y no tardé en escudriñar rincones de Luxemburgo anteriormente para mí desapercibidos, inexistentes. Olvidado ya el precio que tuve que pagar... Lo había hecho mío y nada más.
Y si, en mi camino, me tocaba caerme de mis plataformas, poco importaba ya. Tenía mi mono color esperanza. Mi mono, subida en mis plataformas y mi bolso lleno de ilusiones. Al fin y al cabo, en eso consiste la vida. ¿No?
Un abrazo en la distancia...
Mono: H&M; Bolso: Zara; Sombrero: H&M; Zapatos: Musse&Cloud
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