Queridos lectores,
Como les anunciaba en mi página de presentación, trabajo para la Comisión Europea en Luxemburgo, por lo que cada mañana me toca "visitar mi vestidor", como bien decía Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, y decidir qué atuendo llevar a la oficina. Sí, en mi día a día, soy una "chica de oficina" y, aunque no lo parezca, tomar tal decisión es una tarea no exenta de complicaciones, sobre todo, si se tiene en cuenta mi carácter.
Como les anunciaba en mi página de presentación, trabajo para la Comisión Europea en Luxemburgo, por lo que cada mañana me toca "visitar mi vestidor", como bien decía Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, y decidir qué atuendo llevar a la oficina. Sí, en mi día a día, soy una "chica de oficina" y, aunque no lo parezca, tomar tal decisión es una tarea no exenta de complicaciones, sobre todo, si se tiene en cuenta mi carácter.
Siempre me he negado a recurrir a los tópicos ya manidos; traje de falda y chaqueta, chaqueta y pantalón… No quiero decir con ello que nunca pueda hacer uso de tales outfits, máxime si se trata de una reunión. Pero, en el día a día de la administración pública, ¿por qué no salirse de lo corriente, de lo usual y aportar una "nota de alegría" a un ambiente, muchas veces, caldeado por el estrés, la monotonía…? Más aún si nos encontramos en un país frío y un tanto gris como es el caso de los de centro Europa.
En esta ocasión e intentando respetar el código de color que se impone de manera sublime en la Administración (colores oscuros, blanco y negro…), se me ocurrió sacar del armario este sombrero de paño adquirido en Promod. No estamos ante una pieza exclusiva, pero me decanté por él por el adorno que comporta, muy de tendencia (cadenas, tachuelas…) y en consonancia con mi definido estilo. No se trata, por tanto, de un sombrero clásico sin más.
A continuación, toca pensar de qué manera "sacarle partido". Supongo que ya es más que evidente mi devoción hacia los leggins, prenda que, como ninguna, no sólo marca mi silueta sino que me ayuda a lograr ese efecto siempre buscado por mí: alargar la figura al máximo. Cabe recordar, también, que el color negro es un gran aliado en este propósito.
A modo de nota, no podía hacer mención a tal prenda sin referirme a la casa italiana Calzedonia. Calzedonia es, sin duda, la firma que actualmente lleva la voz cantante en este nicho de mercado. Con tan sólo una simple ojeada a su catálogo o visita a uno de sus locales, no tardarás en percatarte de la amplia oferta con la que cuentan: leggins en todos los colores, diseños, materiales… Cabe resaltar, además, que gran parte de su éxito se debe a que han sabido "copiar" como nadie la estrategia de venta del grupo Inditex y que tan buenas cifras aporta a sus arcas: la actualización casi semanal de su colección.
Pues bien, hoy he hecho uso de unos leggins muy de actualidad, imitación cuero, y una blazer oversized con solapas en raso. Una camisa básica blanca de tejido un tanto vaporoso, en clara contraposición a los leggins, realzada por un lazo negro anudado al cuello, han dado un marcado estilo a mi look y aportado ese toque de originalidad tan necesario para mí. Además, creo que sería una obviedad apuntar que estas piezas me han permitido jugar entro lo clásico y lo rompedor, lo naive y lo atrevido…, llevando incluso a la confusión a cualquier persona que ose posar su mirada en mi atuendo.
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